Cuando organizamos eventos solemos medir la rentabilidad, el número de asistentes o que la producción sea impactante. Sin embargo, el verdadero éxito se encuentra en las emociones que despierta, en los recuerdos que generan y en las relaciones que se establecen.
La psicología puede convertirse en una gran aliada durante el proceso de conceptualización de un evento: comprender cómo piensan, sienten y reaccionan las personas permite diseñar experiencias que van más allá de lo estético o lo funcional. Estas son algunas claves que se pueden aplicar para que los eventos funcionen de forma efectiva:
Cada detalle del evento no es casual: todos forman un todo que contribuye a generar un impacto emocional entre todos los asistentes.
Desde la invitación hasta el cierre del evento, todos los elementos deben estar cuidadosamente pensados para generar una emoción: sorpresa, alegría, inspiración, nostalgia… Todas las emociones son válidas para mover los sentidos de los participantes y lograr que se sientan parte del evento.
Un evento es una historia que se vive en tiempo real. Para que todo tenga sentido, hay que ponerse en la piel de los asistentes y pensar en cómo se sentirán al llegar, cómo evoluciona su energía durante el día y cómo serán sus emociones cuando se vayan.
Un storytelling coherente marcará la diferencia entre un evento correcto y uno que sea inolvidable para todos los participantes en él.
Involucrar todos los sentidos aportará gran valor al desarrollo del evento: la iluminacion, la música, los aromas, los colores… todos los elementos son susceptibles de comunicar y despertar nuevas sensaciones.
Los organizadores de eventos cada vez son más expertos en psicología sensorial, que ayuda a construir ambientes que favorecen la conexión entre los participantes, la inspiración o la relajación, en función del objetivo que se persiga en el evento.
Las personas buscamos conexión en cada uno de los momentos de nuestra vida. Por ello, diseñar zonas de encuentro, dinámicas que permitan interactuar o momentos íntimos dentro de un evento potenciará la sensación de pertenencia y comunidad.
Cuando los asistentes sienten que están contribuyendo al desarrollo del evento, su experiencia se multiplica y el engagement es mayor y más efectivo.
Un evento pensado desde la empatía transmite cuidado y eso genera un impacto emocional positivo: pensar en detalles como si es fácil moverse por el espacio o si tendrá momentos de descanso y disfrute hará que los invitados vivan la experiencia al máximo.
En BCD Meetings & Events sabemos cómo conectar con la audiencia en nuestros eventos a través de la psicología. ¡Escríbenos y te ayudaremos a diseñar una experiencia que emocione!
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